Llevo meses escuchando la misma canción. La economía golpea mis tímpanos sin que pueda hacer nada por evitarlo. La sintonía entra en mis oídos provocando una sensación idéntica a la de aquellas canciones inglesas de los años setenta: no me entero de nada.
Pero siempre me queda el consuelo de poder tararear el estribillo. Así al menos uno, parece que sabe de qué va la cosa. Y sino, que se lo pregunten al solista del Partido Popular, Mariano Rajoy. En las últimas semanas el PP no hace más que repetir la cantinela del paro-crisis, paro-crisis, paro-crisis, sin aportar ni una sola nueva estrofa.
Ya podrían haber aprovechado los populares su congreso en Cartagena para presentar alguna medida en favor del sector del automóvil, aunque fuera plagiando la letra de tengo un tractor amarillo. Porque mientras el Gobierno sigue con su Mecano particular para no sobrepasar el 3% del déficit público, cualquier fruto que se siembre viene bien, aunque al final no sepamos si recogeremos algo.
Sin embargo a Mariano le va mucho más la cultura pop que la rural. Todo a pesar de que algunos compromisarios soñaran con lanzarle tomates en su llegada a Oviedo el pasado sábado. Así lo demostró en el mitin de apoyo en Bilbao al candidato a lehendakari Antonio Basagoiti, con la actuación del dúo musical Guaraná.
Un agrupación que incluye entre su repertorio musical el tema “La furgoneta del amor”.
Vehículo que se antoja utópico ante la actual situación del partido.
Y es que en las filas populares hay quienes danzan a un ritmo bien distinto. Desde el Hips don´t lie de Shakira en el XV Congreso Regional del PP madrileño en septiembre, Esperanza Aguirre no había vuelto a demostrar su cintura política. Ahora la presidenta de la Comunidad de Madrid ha cambiado de artista y prefiere a Héroes del silencio. Quizá una melodía más acorde con su rápida salida de Bombay tras los atentados del pasado miércoles. Porque siempre nos quedará la canción protesta de José Blanco para aportar su granito de creatividad, como en este caso con el “Sálvese quien pueda”. Pues está claro, que la Espe cuida su imagen y es una señora que se viste por los pies.
Otros por el contrario, no han tenido éxito en la última legislatura en el mercado norteamericano. Quizá, el Gobierno de Rodríguez Zapatero le debería haber pedido ayuda a los Iglesias, que pese de ser los dioses de la música en Latinoamérica, no cuelgan crucifijos en las paredes sino Grammy. El presidente ahora está pendiente de sondear, y nunca mejor dicho, un mercado bien distinto: el del petróleo y el gas. Pero que duda cabe, que cuenta con una buena formación. Como bajista: las acciones de Luis del Rivero, a la percusión, dando golpes al Gobierno, los barones Felipe González y Alfonso Guerra; al piano, tocando las teclas al Ejecutivo, las entidades acreedoras Santander, Cajamadrid y la Caixa; y en los coros desafinando: el ministro de Industria Miguel Ángel Sebastián y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.
Sin duda, un concierto que nadie se debería perder. Eso sí, los socialistas están a la espera de confirmar la asistencia de los teloneros. Ciertas quinielas apuntan hacia unos tal Lukoil. Antes, el Gobierno y la oposición se descargarán en el iPod el disco completo. Lo primero es aprenderse los temas. Pero siempre con los dos cascos al máximo volumen, no vaya a ser, que se cuele el ruido de la calle. Son los auriculares de la política. Por cierto, las entradas ya están agotadas.
lunes, 1 de diciembre de 2008
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1 comentario:
Actual, mordaz, ingenioso.
Sigue en esa línea.
Aquí tienes una seguidora.
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