Estoy escuchando 'Break my heart', un tema de lo más funky y discotequero, de esos que hacen que se te mueva el cuello inconscientemente hacia delante y hacia atrás cual gallina seductora. El mérito es de un tipo llamado George Clinton, quien a mediados de los setenta se encargaba de sembrar ritmos a partir de la fuerza de Jimmy Hendrix y del talento rabioso de James Brown.
El caso es que escuchando a este tipo y haciendo el movimiento que comentaba antes con el cuello, a uno no le queda más remedio que trivializar muchas cosas que parecen tener una intensidad que realmente no tienen. Llevamos más de un año escuchando que va a ganar Obama. Vale, ya ha ganado. Ahora toca que la gente se calle y hable él. O mejor dicho, que actúe, porque hablar, ya ha hablado demasiado.
El discurso norteamericano es tan pobre –'Yes, we can'- que llevamos un año hablando de cambios sin saber cuáles serán. Síí, vótenle, es negro. Dejen que el resto del mundo vea que los americanos no somos racistas. Vótenle, odia a Bush. Sí, somos muchos los que odiamos a este ranchero sin escrúpulos, pero eso no implica estar del lado del otro partido. La humanidad es inútil por naturaleza: todos sabemos que la política es el discurso, y no la aplicación real de este. Y más aún en nuestros tiempos, en esta era mal llamada modernidad. La forma sobre el fondo. Sí, podemos cambiar, pero aún no sabemos qué. Ya veremos qué.
¿Cerrará Obama Guantánamo? ¿Traerá todas sus tropas de Irak? ¿Permitirá el matrimonio homosexual? ¿Peleará contra la pena de muerte sobre la que no se pronuncia en contra? ¿Levantará el embargo a Cuba? ¿Reducirá los niveles de consumo energético en su país? Y de libertades sociales en EE UU, mejor no hagamos preguntas. Algo huele mal desde unas elecciones en las cuales, como en Galicia, votan hasta los muertos y otros seres mitológicos.
EE UU no es Obama. Tampoco España es Zapatero. Los americanos dicen que pueden. Vale. Hace poco más de 4 años y medio Zapatero alzaba el dedo gordo a los españoles el día que lo elegían Presidente. Muchos de aquellos que sonreían ante el gesto, ahora quizá devolverían otro dedo al Presidente. Pero pónganse a la cola, que antes hay miles de parados con muchas más ganas.
De acuerdo, no todo el monte es orégano. Pero tampoco tendría por qué ser mierda.
En nuestro país los partidos, y en general la política, quiere parecerse al sistema americano. Bueno, alguien les dijo que eran pioneros de no sé qué, y ahí que vamos. Vamos a simplificar las cosas. Si eres español y eres de izquierdas, tienes que votar al PSOE, si no, eres un radical confuso y peligroso. Si eres español y de derechas, tienes que votar al PP, si no, eres un tránsfuga y un mal español. Luego resulta que, en ocasiones, el 30 por ciento (dicho así suena poco, pero son casi uno de cada tres) no va a votar.
Y no nos engañemos, todos sabemos que en España sólo hay dos partidos –que no ideologías-. Muchos dirán que aquellos que se abstienen son gente sin principios democráticos, que son antisistema o unos perezosos que no ejercen su libertad como deberían. Para ellos la china. Sin duda, al más puro estilo americano. O estás conmigo, o no estás con nadie. O juegas a mis reglas, o te marginamos. ¿Por qué uno de cada tres asientos del Congreso no está vacío? Si eres extranjero y eres de.. Ah, no, si no eres español, no juegas, sólo produces pasta para nosotros. Perdón, para el Estado.
Es realmente cómoda mi postura. Mande quien mande, siempre hay que azotarle. La oposición te da un margen de maniobra. Cuando los psoecialistas estaban en la oposición, muchos de sus exabruptos eran la voz de la mayoría de los españoles. Cuando no estás en el Gobierno puedes decir muchas cosas, incluso siendo objetivo de la presión mediática, que por cierto, cada día es más light. Pero ese es otro cantar.
Hace un mes pillamos a Rajoy diciendo que el desfile de las Fuerzas Armadas era un coñazo. Algunos lo utilizaron para destruirle. Esto puede parecer raro, pero.. Yo, particularmente, estoy de acuerdo con él. Todo el mundo se le echó encima por ser un dirigente político. La verdad es que yo concibo la voz del político como la voz del pueblo, entre otras cosas. En este caso la voz Popular fue también la popular. Hasta que ese cáncer de lo políticamente correcto inundó al gallego y salió a pedir perdón. Por favor, si alguien está de acuerdo con Rajoy sobre ese tema, que le aplauda sin miedo a ser etiquetado de facha. Que eso en este país se lleva mucho.
Pero la de Rajoy no ha sido la única afirmación certera que ha venido, en menos de un mes, desde el frente Popular, es decir, desde la oposición (algunos se relamen cuando se menciona). Hace pocos días, el Responsable de Política Internacional del PP, Jorge Moragas (un pijo de cortijo), comparaba la política de su partido con los ideales de Obama. Y llegaba a la conclusión que aquel tipo del otro lado del río estaba a la derecha del Partido Popular.
A alguno le sonará a coña: el caso es que esta afirmación tiene más verdad de lo que a algunos les gustaría. Yo estoy de acuerdo con este tipo, quien por cierto, me da mucha grima. Y prometo que mi brazo derecho nunca señala al sol con firmeza.
Me duele ver cómo los gobernantes españoles sonríen llenos de esperanza ante la victoria de Obama, siendo sus ideales tan ajenos a las libertades que presumimos en Europa. Hace gracia ver cómo tantos 'progresistas' en España se alegran de la victoria de Obama, como si hubiese resucitado el Ché. Ha llegado el Mesías, coño.
A estas alturas sólo falta que Farruquito viaje a EE UU para pedir la amnistía, y de vuelva a España sea recibido como un héroe que ha sido tocado por el Elegido. O que en una serie de Álex de la Iglesia se diga que la Capilla Sixtina es una sauna de chulo de putas. ¿Os lo imagináis? Si alguien se ríe con la broma, cuidadín, que puede ser excomulgado. Con de la Iglesia hemos topado.
Con todo tan polarizado es normal que identifiquemos a la Palin con la Pantoja y nos riamos de ellas por igual. Es lo único que nos queda, trivializar después de polarizar. Y si no, vean la última de los Coen: una gozada.
El caso es que escuchando a este tipo y haciendo el movimiento que comentaba antes con el cuello, a uno no le queda más remedio que trivializar muchas cosas que parecen tener una intensidad que realmente no tienen. Llevamos más de un año escuchando que va a ganar Obama. Vale, ya ha ganado. Ahora toca que la gente se calle y hable él. O mejor dicho, que actúe, porque hablar, ya ha hablado demasiado.
El discurso norteamericano es tan pobre –'Yes, we can'- que llevamos un año hablando de cambios sin saber cuáles serán. Síí, vótenle, es negro. Dejen que el resto del mundo vea que los americanos no somos racistas. Vótenle, odia a Bush. Sí, somos muchos los que odiamos a este ranchero sin escrúpulos, pero eso no implica estar del lado del otro partido. La humanidad es inútil por naturaleza: todos sabemos que la política es el discurso, y no la aplicación real de este. Y más aún en nuestros tiempos, en esta era mal llamada modernidad. La forma sobre el fondo. Sí, podemos cambiar, pero aún no sabemos qué. Ya veremos qué.
¿Cerrará Obama Guantánamo? ¿Traerá todas sus tropas de Irak? ¿Permitirá el matrimonio homosexual? ¿Peleará contra la pena de muerte sobre la que no se pronuncia en contra? ¿Levantará el embargo a Cuba? ¿Reducirá los niveles de consumo energético en su país? Y de libertades sociales en EE UU, mejor no hagamos preguntas. Algo huele mal desde unas elecciones en las cuales, como en Galicia, votan hasta los muertos y otros seres mitológicos.
EE UU no es Obama. Tampoco España es Zapatero. Los americanos dicen que pueden. Vale. Hace poco más de 4 años y medio Zapatero alzaba el dedo gordo a los españoles el día que lo elegían Presidente. Muchos de aquellos que sonreían ante el gesto, ahora quizá devolverían otro dedo al Presidente. Pero pónganse a la cola, que antes hay miles de parados con muchas más ganas.
De acuerdo, no todo el monte es orégano. Pero tampoco tendría por qué ser mierda.
En nuestro país los partidos, y en general la política, quiere parecerse al sistema americano. Bueno, alguien les dijo que eran pioneros de no sé qué, y ahí que vamos. Vamos a simplificar las cosas. Si eres español y eres de izquierdas, tienes que votar al PSOE, si no, eres un radical confuso y peligroso. Si eres español y de derechas, tienes que votar al PP, si no, eres un tránsfuga y un mal español. Luego resulta que, en ocasiones, el 30 por ciento (dicho así suena poco, pero son casi uno de cada tres) no va a votar.
Y no nos engañemos, todos sabemos que en España sólo hay dos partidos –que no ideologías-. Muchos dirán que aquellos que se abstienen son gente sin principios democráticos, que son antisistema o unos perezosos que no ejercen su libertad como deberían. Para ellos la china. Sin duda, al más puro estilo americano. O estás conmigo, o no estás con nadie. O juegas a mis reglas, o te marginamos. ¿Por qué uno de cada tres asientos del Congreso no está vacío? Si eres extranjero y eres de.. Ah, no, si no eres español, no juegas, sólo produces pasta para nosotros. Perdón, para el Estado.
Es realmente cómoda mi postura. Mande quien mande, siempre hay que azotarle. La oposición te da un margen de maniobra. Cuando los psoecialistas estaban en la oposición, muchos de sus exabruptos eran la voz de la mayoría de los españoles. Cuando no estás en el Gobierno puedes decir muchas cosas, incluso siendo objetivo de la presión mediática, que por cierto, cada día es más light. Pero ese es otro cantar.
Hace un mes pillamos a Rajoy diciendo que el desfile de las Fuerzas Armadas era un coñazo. Algunos lo utilizaron para destruirle. Esto puede parecer raro, pero.. Yo, particularmente, estoy de acuerdo con él. Todo el mundo se le echó encima por ser un dirigente político. La verdad es que yo concibo la voz del político como la voz del pueblo, entre otras cosas. En este caso la voz Popular fue también la popular. Hasta que ese cáncer de lo políticamente correcto inundó al gallego y salió a pedir perdón. Por favor, si alguien está de acuerdo con Rajoy sobre ese tema, que le aplauda sin miedo a ser etiquetado de facha. Que eso en este país se lleva mucho.
Pero la de Rajoy no ha sido la única afirmación certera que ha venido, en menos de un mes, desde el frente Popular, es decir, desde la oposición (algunos se relamen cuando se menciona). Hace pocos días, el Responsable de Política Internacional del PP, Jorge Moragas (un pijo de cortijo), comparaba la política de su partido con los ideales de Obama. Y llegaba a la conclusión que aquel tipo del otro lado del río estaba a la derecha del Partido Popular.
A alguno le sonará a coña: el caso es que esta afirmación tiene más verdad de lo que a algunos les gustaría. Yo estoy de acuerdo con este tipo, quien por cierto, me da mucha grima. Y prometo que mi brazo derecho nunca señala al sol con firmeza.
Me duele ver cómo los gobernantes españoles sonríen llenos de esperanza ante la victoria de Obama, siendo sus ideales tan ajenos a las libertades que presumimos en Europa. Hace gracia ver cómo tantos 'progresistas' en España se alegran de la victoria de Obama, como si hubiese resucitado el Ché. Ha llegado el Mesías, coño.
A estas alturas sólo falta que Farruquito viaje a EE UU para pedir la amnistía, y de vuelva a España sea recibido como un héroe que ha sido tocado por el Elegido. O que en una serie de Álex de la Iglesia se diga que la Capilla Sixtina es una sauna de chulo de putas. ¿Os lo imagináis? Si alguien se ríe con la broma, cuidadín, que puede ser excomulgado. Con de la Iglesia hemos topado.
Con todo tan polarizado es normal que identifiquemos a la Palin con la Pantoja y nos riamos de ellas por igual. Es lo único que nos queda, trivializar después de polarizar. Y si no, vean la última de los Coen: una gozada.
1 comentario:
Que grande eres tio,jaja.
Éste sería un gran artículo, una gran verdad sobre política y con mucho humor.
He empezado apoyando y reivindicando tu idea, y he terminado riéndome.
Eso ya no lo hace nadie.
Un aplauso, por favor!
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