El nuevo presidente electo se llama Barack Obama. El candidato demócrata se impuso con rotundidad en unas elecciones decisivas para la historia de Estados Unidos. El Cambio que se necesitaba ha tenido lugar.
McCain, “el vieo”, ha tenido muy poco que hacer con sus 163 votos electorales frente a la impresionante cifra de 349 de Obama. No se ha alcanzado la cifra record de Bill Clinton (bendito Bill), que alcanzó los 379 votos electorales frente a los 159 de Bob Dole (¿alguien se acuerda de éste¿) en 1996. En el Senado y el Congreso, el triunfo ha sido igualmente para los demócratas, que afianzan su liderazgo en ambas cámaras, lo que les permite obrar con algo más de libertad, aunque no con mucha, ya que no han logrado la ansiada mayoría absoluta.
Y tras las elecciones y las cogorzas posteriores, llega el momento ahora de mirar hacia delante y de plantearse cómo se va a producir el cambio que proclamaba Obama durante la campaña en sus mítines y en todas las comparecencias y declaraciones públicas que ha realizado durante los 21 meses que han pasado desde que iniciara el camino hacia la Casa Blanca.
En principio su agenda deberá centrarse en intentar conciliar la crisis económica con sus promesas. Y es que Obama ha planteado para el futuro inmediato de Estados Unidos una serie de medidas que escapan de la vida tradicional americana (rifles, gorros de cowboy y camisas de pana). Algunas de ellas son dar cobertura médica mediante Seguridad Social al estilo europeo, luchar contra el cambio climático, reducir los impuestos del 95% de los contribuyentes, finalizar la Guerra de Irak, y lograr la independencia energética en 10 años. Medidas, todas ellas, que supondrían un ejercicio, de por sí, complicado en una situación económica normal. Con la actual crisis internacional, estas medidas deberán verse alteradas, ya sea reduciéndose o retrasándose. Y esto es algo que deberá ser tratado con tranquilidad y con seriedad, para no transmitir a la sociedad que el cambio no se va a producir. Es por ello que el panorama que se encuentra Barack Obama supone un desafío para sus ideas, descendientes de aquellas que ilusionaron con anterioridad a Estados Unidos de la mano del clan Kennedy o de Martin Luther King.
Sin embargo, esta situación no ha ocultado el momento de éxtasis que ha recorrido todo el país y que se ha contagiado por prácticamente el mundo entero. No era ocultado por la comunidad internacional que era preferido Obama como presidente antes que McCain, y es que la necesidad de cambio no se limitaba a los Estados Unidos, sino que era una necesidad global. Obama representa un espíritu nuevo, con fuerzas nuevas y con un mensaje claro: cambiar el mundo para mejorarlo.
En el discurso que ofreció en Chicago ya como presidente electo, ante un público que irradiaba felicidad y que no paraba de bailar, Obama volvió a pronunciar su frase “yes we can”. Él ha podido, ha podido vencer a sus adversarios (incluida la barrera racial) y ahora es el momento de ver si el pueblo americano está preparado para enfrentarse al nuevo orden que entrará en función dentro de 70 días, cuando George Bush abandone la Casa Blanca y deje paso al hombre que, por ahora, está llamado a cambiar el mundo.
Hablando con un compañero de Blog hemos llegado a la conclusión de que la situación de ver a un presidente negro en la Casa Blanca, parece ficción, como una película de Hollywood. O más bien, como una obra de Ciencia Ficción, tales como las que escribía Michael Crichton.
Y es que el mismo día 4, falleció Michael Crichton, uno de los autores que yo pondría en mi Olimpo de aquellos que más han influenciado en mí. Crichton ha sido el escritor que junto a Isaac Asimov, más ha acercado la ciencia ficción al público general. Si bien sus obras no son poesía, sí su imaginación era descomunal. Estudió Medicina y Antropología, a los 23 años daba conferencias, ha sido director de cine, productor y guionista. Fue el creador de Urgencias, la gran serie de televisión, y la gran mayoría de sus obras han sido llevadas al cine. Posiblemente todos lo conozcan por “Parque Jurásico” o “El Mundo Perdido”, aunque su mérito real reside en otras obras. Yo lo recordaré siempre por aquella primera que leí, “Congo”, y por tantas otras que llegaron después, “Esfera”, “Rescate en el Tiempo”, “La Amenaza de Andrómeda”, “El Guerrero número 13 (Devoradores de Cadáveres)”, “Acoso”, “Estado de Miedo”, “Sol Naciente”,… Y aunque no compartía alguna de sus tesis, siempre me ha encantado su posición crítica y furiosa hacia la prensa vulgar y corriente que ha querido escribir sobre ciencia… Por ello, desde aquí, Crichton, no te preocupes, que yo seguiré pensando que los periodistas son unos ineptos que no saben nada de nada…
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McCain, “el vieo”, ha tenido muy poco que hacer con sus 163 votos electorales frente a la impresionante cifra de 349 de Obama. No se ha alcanzado la cifra record de Bill Clinton (bendito Bill), que alcanzó los 379 votos electorales frente a los 159 de Bob Dole (¿alguien se acuerda de éste¿) en 1996. En el Senado y el Congreso, el triunfo ha sido igualmente para los demócratas, que afianzan su liderazgo en ambas cámaras, lo que les permite obrar con algo más de libertad, aunque no con mucha, ya que no han logrado la ansiada mayoría absoluta.
Y tras las elecciones y las cogorzas posteriores, llega el momento ahora de mirar hacia delante y de plantearse cómo se va a producir el cambio que proclamaba Obama durante la campaña en sus mítines y en todas las comparecencias y declaraciones públicas que ha realizado durante los 21 meses que han pasado desde que iniciara el camino hacia la Casa Blanca.
En principio su agenda deberá centrarse en intentar conciliar la crisis económica con sus promesas. Y es que Obama ha planteado para el futuro inmediato de Estados Unidos una serie de medidas que escapan de la vida tradicional americana (rifles, gorros de cowboy y camisas de pana). Algunas de ellas son dar cobertura médica mediante Seguridad Social al estilo europeo, luchar contra el cambio climático, reducir los impuestos del 95% de los contribuyentes, finalizar la Guerra de Irak, y lograr la independencia energética en 10 años. Medidas, todas ellas, que supondrían un ejercicio, de por sí, complicado en una situación económica normal. Con la actual crisis internacional, estas medidas deberán verse alteradas, ya sea reduciéndose o retrasándose. Y esto es algo que deberá ser tratado con tranquilidad y con seriedad, para no transmitir a la sociedad que el cambio no se va a producir. Es por ello que el panorama que se encuentra Barack Obama supone un desafío para sus ideas, descendientes de aquellas que ilusionaron con anterioridad a Estados Unidos de la mano del clan Kennedy o de Martin Luther King.
Sin embargo, esta situación no ha ocultado el momento de éxtasis que ha recorrido todo el país y que se ha contagiado por prácticamente el mundo entero. No era ocultado por la comunidad internacional que era preferido Obama como presidente antes que McCain, y es que la necesidad de cambio no se limitaba a los Estados Unidos, sino que era una necesidad global. Obama representa un espíritu nuevo, con fuerzas nuevas y con un mensaje claro: cambiar el mundo para mejorarlo.
En el discurso que ofreció en Chicago ya como presidente electo, ante un público que irradiaba felicidad y que no paraba de bailar, Obama volvió a pronunciar su frase “yes we can”. Él ha podido, ha podido vencer a sus adversarios (incluida la barrera racial) y ahora es el momento de ver si el pueblo americano está preparado para enfrentarse al nuevo orden que entrará en función dentro de 70 días, cuando George Bush abandone la Casa Blanca y deje paso al hombre que, por ahora, está llamado a cambiar el mundo.
Y es que el mismo día 4, falleció Michael Crichton, uno de los autores que yo pondría en mi Olimpo de aquellos que más han influenciado en mí. Crichton ha sido el escritor que junto a Isaac Asimov, más ha acercado la ciencia ficción al público general. Si bien sus obras no son poesía, sí su imaginación era descomunal. Estudió Medicina y Antropología, a los 23 años daba conferencias, ha sido director de cine, productor y guionista. Fue el creador de Urgencias, la gran serie de televisión, y la gran mayoría de sus obras han sido llevadas al cine. Posiblemente todos lo conozcan por “Parque Jurásico” o “El Mundo Perdido”, aunque su mérito real reside en otras obras. Yo lo recordaré siempre por aquella primera que leí, “Congo”, y por tantas otras que llegaron después, “Esfera”, “Rescate en el Tiempo”, “La Amenaza de Andrómeda”, “El Guerrero número 13 (Devoradores de Cadáveres)”, “Acoso”, “Estado de Miedo”, “Sol Naciente”,… Y aunque no compartía alguna de sus tesis, siempre me ha encantado su posición crítica y furiosa hacia la prensa vulgar y corriente que ha querido escribir sobre ciencia… Por ello, desde aquí, Crichton, no te preocupes, que yo seguiré pensando que los periodistas son unos ineptos que no saben nada de nada…
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1 comentario:
Tú también estás llamado a cambiar el mundo...
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