El mundo necesita un café. Tres semanas después del triunfo de Barack Obama, el planeta azul observa como requiere una buena dosis de cafeína. Ya lo anunciaba el presidente electo norteamericano este fin de semana. Su equipo pondrá en marcha a partir del 20 de enero un plan para estimular la economía, centrado en la energía y las infraestructuras, y en salvar dos millones y medio de empleos. Aunque en este caso, y a diferencia de los 700.000 millones de dólares del Plan Bush, la ristra de excitantes tenga un color más bruno, y no huela para nada a ajo.
Sin embargo, y quizá por aquello de la tez descafeinada, el demócrata ha preferido que la futura cafetera gubernamental estadounidense no peque de neófita, y contenga un buen chorreón de lactosa. Para ello, Obama ha tirado de las páginas blancas de Washington y ha entrevistado en su particular proceso de selección a Brent Scowcroft, consejero nacional de seguridad del primer presidente George Bush o a Hilary Clinton, que será a todas luces la próxima secretaria de Estado. Porque nada mejor que un poco de "caseína política" para definir el nuevo músculo del cambio. No vaya a ser, que le entre sueño al nuevo sueño americano.
Mientras en Francia, el Partido Socialista galo aún no despierta de su asombro, tras la victoria de Martine Aubry el pasado sábado. La alcaldesa de Lille se impuso por 42 votos a Ségolène Royal en la carrera por dirigir el PS francés. Los más de 137.000 militantes socialistas optaron por el aroma de la responsable de la semana laboral de 35 horas, al recuelo de una candidata cocida por segunda vez tras su derrota en mayo de 2007 frente a Nicolas Sarkozy. Sin embargo, y ahora que está tan de moda lo de ceder asientos, si que les vendría muy bien a las dos sentarse a tomar algo, para dejar un buen sabor de boca a sus futuros votantes.
Hay quienes escogen también estos días el café soluble. Sacyr-Vallehermoso espera que el acuerdo con la petrolera Lukoil sea fácil de preparar, y que la taza del 20% del accionariado de Repsol YPF que posee pase pronto a los rusos. Pero no a todos les atrae el bálsamo de esta venta. Al Gobierno le quema la jícara en las manos y el Partido Popular la critica cuando fueron ellos quienes privatizaron la empresa española. Olvidándose de que aquí lo importante es controlar las cucharadas en el suministro y que no se diluyan los intereses españoles.
Por su parte, el cortado de las últimas semanas ha sido Txeroki. Tras su detención en Cauterets, se ha puesto fin a la esencia de un terrorista puramente sanguinario. Los datos de la investigación sobre “el jefe militar” de ETA revelan la situación de una banda fracturada. Y donde una de las principales causas de división fue la creencia de Txeroki, de que el antiguo “jefe político” de la banda, Thierry, quería ahogar a los suyos económicamente.
Otros prefieren nadar, y nunca mejor dicho, en el mar de la abundancia. Son los piratas somalíes, hechizados por el oro negro que no el grano. Pues a pesar de no tener ya pata de palo y parche en el ojo, no notan la diferencia entre la marca Moka, y la ciudad portuaria yemení de Moca, en el Mar Rojo arábigo.
Y es que ninguno de los de antes sabe cuanto cuesta hoy un café, y sino, que se lo pregunten a Zapatero. Porque cuando se trata de pagar, da igual mirar a la derecha o a la izquierda, lo importante aquí parece ser tener la ideología en el bolsillo.
lunes, 24 de noviembre de 2008
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